2009-05-27
PRELUDIO DE LO ABSURDO
2009-05-25
SANGRAR NO DUELE, REFRESCA
He visto sangrar mucho, como si se tratara de agua o del más corriente aceite. A veces el dolor se te cuela por los poros y te hace previsible, inseguro, intransigente. Las lagrimas de sangre duelen más cuando no se respiran, cuando se ahoga cada parte de tu ser y se retiene tanta impulsividad y depresión.
A veces sangra más de lo que llueve, las gotas de lluvia siempre se tornan rojas, el cielo se vuelve negro y las fuerzas para seguir escasas. No duele tanto sangrar como sentir que nadie respalda tus lágrimas, tu sangre; es como sentirse vacío.
¿Te has sentido en el lugar equivocado?; en la cima de la nada, que no perteneces a ningún lugar, que tu cuerpo no se amolda a la aspereza existencial de quienes nunca han tenido el tacto para ser seres humanos. De ahí, es que sangras y que te conviertes en el elemento inerte que no siente nada, la piedra, el pedazo de oscuridad que todos crean sobre ti.
Tanto pasas, tanto sangra que te vuelves inerte al dolor, la sangre se convierte en la cotidianidad, en un elemento más de tu vida y es cuando vuelves redescubrir que a veces sangrar también te ayuda a poner los pies en la tierra, entre más sangras más aprendes. Entonces es cuando aprendes que a veces sangrar no arde, no duele; entonces es cuando aprendes que no importa cuanto sangres, siempre hay sangre por secar, entonces es cuando realizas que a veces sangrar no duele, refresca.
2009-05-14
CALLEJON SIN SALIDA
Rondan tantas cosas en mi cabeza, a tantas cosas le tengo miedo, principalmente a vivir, a enfrentarme a todo lo que viene, a descubrirme solo, a sentirme ahogado en ese caja de carton, en esa casa sin ventanas y en ese camino largo y oscuro.
Algunas veces me encuento al borde del descontrol, agudizando mis miedos, preguntandome si de verdad estoy apto para vivir, y todo lo que acarrea esa palabra. Quisiera salir de ese callejon, son tantos los días en que he esperado verme salir triunfante, pero son más aquellos en los que me gana la soledad y me doy cuenta que por mucho que tenga miles de personas a mi lado, me seguire encerrando en el callejon sin escapatoria.
Hay días que tengo tanto miedo y que me encuento a la expectativa de descubrir cosas, días en que se junta todo y en que quiero escapar, pero por mucho que cierre los ojos para evitar ver a mi alrededor, al abrirlos volveré a la misma realidad de la que quise escapar, dándome cuenta de que idependientemente de que lo quiera o de que no lo quiera, ahí estoy yo, ahí esta mi realidad y ese mismo callejón que yo mismo auto creé.