Me subí a un árbol, ¡que diferente se ve la vida desde arriba!. A veces el cielo parece que se fuera a chocar afanosamente contra el piso, pero desde un árbol todo se ve tranquilo. No había experimentado paz interior más grande. Cuando bajé vi cosas que antes no veía, vi el sol y la luna.
En el árbol la vida parece más fácil, ¿qué mejor manera que huir de la realidad?. Las hojas emergen hacia el sol y algunas caen, me subí a la vida después de la vida y encontré hojas al piso marchitas, hojas amarillas, verdes, rojas y me asombre de los matices que puede tener un árbol.
Me subí a un árbol, nunca lo había hecho y que experiencia más placentera, me di cuenta que los frutos se pudren o maduran hasta llegar al punto más utópico de su belleza. Lo gratificante, lo puro, lo lindo, lo bello. ¡que diferente se ve la vida desde arriba!. Porque abajo, no se vive. Las hojas marchitan, ¡que diferente se ve la vida desde abajo!; me subí a un árbol, Que diferente se ve la vida desde arriba.
