A veces nos aferramos a cosas, personas y momentos innecesariamente. Nos volvemos un manojo de recuerdos, no vivimos el presente por estar anclados en el pasado. Las cosas pasan como si se tratara de un reloj, esas horas que se fueron, tuvieron su importancia en algun momento, pero nadie devuelve las manecillas para retornar cosas que solo quedan en la memoria.
Aferrarse, es un salvavidas. Quien se aferra a vivir el pasado, es como quien quiere buscar una excusa para vivir o ser feliz y es que hay pasados alegres, otros con altibajos y otros que pesan en el alma, pero de nada sirve recordarlos cuando NUNCA volverán. Es como pensar que hay muchos sentimientos que existen, ésta es una excusa para las personas que tienen que justificar su vida de alguna u otra forma.
Aferrrarnos no es más que vivir atrapados en el pasado, algo que existió, que no existe y que no existira y posiblemente el tiempo como buen ayudante borrara cada huella y cada paso, para evitar recordar lo que felizmente te agobia porque no volverá y lo que tristemente te retumba como queriendo marcar tu presente.
Aferrarse, es un salvavidas. Quien se aferra a vivir el pasado, es como quien quiere buscar una excusa para vivir o ser feliz y es que hay pasados alegres, otros con altibajos y otros que pesan en el alma, pero de nada sirve recordarlos cuando NUNCA volverán. Es como pensar que hay muchos sentimientos que existen, ésta es una excusa para las personas que tienen que justificar su vida de alguna u otra forma.
Aferrrarnos no es más que vivir atrapados en el pasado, algo que existió, que no existe y que no existira y posiblemente el tiempo como buen ayudante borrara cada huella y cada paso, para evitar recordar lo que felizmente te agobia porque no volverá y lo que tristemente te retumba como queriendo marcar tu presente.
