2010-09-15

SINFONIA DE UN RECUERDO


Por Carlos Mauricio

No sé a quién atribuirle los males de la vida; a veces culpamos a los demás, cuando somos nosotros los más culpables. La mejor parte de todo es cuando analizamos nuestra vida, nuestra capacidad de amar y siempre queda todo en ceros. Das tanto que siempre vuelves a comenzar, porque hasta para dar hay un límite.

Equivocarnos, es solo una etapa del despertar de la conciencia humana. Las casualidades son subjetivas, siempre hay un “porque”, pero también siempre está la capacidad de elegir cuanto aprendemos. Los recuerdos son solo hechos que permitimos estancar en una parte de la memoria en movimiento; son para archivarse, no para reescribirse.

Ahora entiendo tantas cosas de la vida, entiendo porque estuve aquí, porque viví tanto tiempo soñando en la vida de vivir, acabando con lo factible, dándole paso a mis terquedades enfrascadas en un único hecho que no se justifica por sí mismo, se autodestruye mientras más pasa el tiempo y sigo comprendiendo que fuiste ausencia en tiempos de necesidad dentro de la sequía. Ahora comprendo que los recuerdos, si son buenos perduran, sino son olvidados y nuevamente comprendo, ‎los recuerdos que tengo contigo, son sin ti.




Este texto está basado en una experiencia de uno de mis mejores amigos.