Aquí, colgado de la cima de la nada, en el mundo que no existe, en la mínima expresión de la realidad. Se va a lo lejos mi pensamiento como ave sin rumbo, hay cosas de cosas y días de días, hoy es uno de esos en que todo parece irreal.
Colgado de lo que no sirve me encuentro o me desencuentro, por inercia o costumbre. Instalado en la retrospección, redescubriendo que dentro de la nada queda el significado de tener nada, de tenerte a ti, de no tenerte, de estar colgado en los recuerdos que no son mas que eso, recuerdos.
Colgado de lo que nunca debió pasar, se destruye cada cosa que creí mía, cada cosa que daba sentido a algo que no tenia sentido. Colgado de un no se que o de la irrelevancia, que se vuelve súper relevante en estos días de costumbre o inercia.
Al lado de lo que no es, a lo largo de lo que venia siendo y de lo que quería que fuera, a lo largo de lo que nunca tuvo motivo, para el cual uno único existía. Recojo mis cosas, hago mi maleta y me marcho a la nada de donde nunca debieron salir mis extensas pero absurdas pretensiones. De vuelta a la oscuridad inerte, fría y vacía, regreso.
Hoy empaco mi maleta, desempolvo mi sarcasmo y vuelvo a ser la extraña criatura que no parecía sufrir, hoy vuelvo a tejer la coraza y retazo cada cosa que nunca quise que se quedara pero que era mi mejor arma. Colgado de tantas cosas que nunca extrañé me toca regresar a ser un inexistente, como el fracasado, procurando regresar a estancarme y enfrascarme en ser nada.