Siempre lo he dicho, hay días de días, hay horas de horas, cosas de cosas, estupidos de estupidos, ignorantes de ignorantes, incoherentes de incoherentes. Cada día nos toca un papel diferente, una perspectiva, una forma de vida, irreverente, inconsistente y absurda.
Más demoras en criticar la posición de los demás que en darte cuenta que ahí estuviste algún día. No es muy gracioso cuando eres el incoherente de incoherentes, cuando tienes un día de días -de esos irreales- o cuando eres el estupido, porque posiblemente nunca te diste cuenta de eso.
Me acuerdo de tantas cosas, de las risas, de los llantos, de lo que si y de lo que no y de lo que fuiste. Del techo y del piso y de lo que llegaste a ser cuando tenias el ego en el centímetro para metro, desconociendo que también llegarías a tener un día de días -de los irreales-.
y cuando sientes tener el sartén por el mango, éste se te deshace y sigues siendo el mismo estupido de estupidos que cree tener el mundo entre los dedos flacos y se da cuenta que ya fue muchas veces el idiota que tanto odia.
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