El día sigue aunque el corazón se pare. Por más dolor que haya, por más dolor que exista, sigue.
La noche acaba, aunque lo oscuro no merme. Por más que te altere el desconsuelo y pierdas la esperanza, siempre amanece.
Afuera, no hay espacio a la detención, el mundo sigue andando como por inercia y no importa quien se quede en el intento. Quedarse no es desaparecer, quedarse es olvidar como vivir y convertirse en la inercia del tiempo dejando toda vida a su paso.
El dia sigue aunque el miedo sea eterno. Las horas llegan y las cosas se afrontan, aunque te escondas, el momento llega.
El reloj no para por mucho que tu te detengas, vas en crecimiento. Tú decides si trabar tus manecillas, pero las del mundo siguen en movimiento.
Adentro hay espacio para la detención, el mundo puede no seguir para ti y no importa que te quedes en el intento. Quedarse en entregarse a la muerte mental, es entrar en retroceso y convertirse en un objeto más que el pasado dejó de lado. El mundo está en movimiento, las horas que se van están llamadas a desaparecer. Tú decides si corres con las horas o si te quedas atrás, viviendo en el pasado, mientras tú te conviertes en eso, junto al tiempo que se fue.