me gusta jugar a hacerme el tonto... Cuando bien sabes que puedo descifrar cada uno de tus pensamientos, antes de que lo hayas pensado...
Me gusta decirte lo que quieres escuchar, pues la manera más fácil de persuadirte es enaltecer tu ego, sin que puedas sospechar la mínima mala intención en mis palabras embaucadoras. Mas luego, me gusta amordazar tu conciencia con lo que no quieres escuchar, porque no hay nada mejor que alimentar tu altivez, para romperla sutilmente.
Nado entre tu actitud inconsciente y aspera, como intentando conocer y acostumbrarme a lo que eres, sin embargo la satisfacción de aquel de aspiraciones bastas y sin fundamento, consiste en creer que podemos retener a alguien ocasionando dolor.
Me gusta cuando crees que tienes la razón y me dedico a reír a tus espaldas de la manera más inocente, sin maldad.
Me encanta cuando veo tus malas intenciones salir de tus ojos y tus labios, sacando tu lado más perverso y diciendo y jurando pureza absoluta dentro de tu mundo alterado de ilusiones y deseos desmedidos...
Me encanta ser yo, quien te haga ver lo peor de ti, pues así sabrás que mi cariño, no simboliza una oscuridad vendada.
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